En 1996, el Señor nos llamó a levantar el Templo de Adoración, y en oración y alabanza, comenzamos a levantar los muros de lo que hoy es el Templo de la Iglesia, ahora el Señor nos llamó nuevamente y fue a fines del año 2008, y por causas previstas en los propósitos de Dios, y con la fuerza de uno de nuestros niños, los muros del lado nororiente de la propiedad fueron derribados, fue asi que el Señor nos desafió a construir nuevos muros y que estos fueran la base para la edificación de la segunda etapa de construcción del templo, el cual contempla una amplia cocina, solón multifunsional y en un segundo nivel, construir salas de clases.
Dios nos invitó a trabajar con oración y alabanza en esta nueva etapa de la vida de la Iglesia, esta vez bajo la dirección espiritual de nuestro Diácono y Siervo de Dios hermano Juan Montecinos, que tomado de la mano del Señor ha guiado a nuestra congregación, a beber de las aguas de Dios que brotan en caudales llenos de bendición para nuetras vidas.
Al celebrar en el mes de Agosto el Cincuentenario de la Iglesia, hemos podido comprobar que nuestro Padre nos acaricia con bondad y amor, llevandonos a sentir el gozo de una iglesia que disfruta de las mas hermosas bendicones que son compartidas con cada una de las personas que llegan a recibir del Señor en cada una de las reuniones.
Es entonces nuestra tremenda gratitud a nuestro Padre y Señor de nuestras vidas, que nos permite ser obreros en su trabajo y administrar con gratitud, lo que nos ha provisto en este lugar.
A El sea Honrra y Gloria por siempre amen.