La palabra de Dios es viva y eficaz,y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu,las coyunturas y los tuétanos,y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12
Usted tiene muchos motivos para leer la Biblia. Uno de ellos es que es el libro más difundido, uno de los más antiguos y el fundamento de muchas culturas. Pero la razón esencial es que la Biblia es la Palabra de Dios. Por medio de ella usted oye hablar a Dios.
Si su patrón le habla, ¿usted no lo escuchararía? Si una célebre personalidad le escribe, ¿no leería su carta? Entonces, cuando su Creador se dirige a usted, no descuide sus palabras. Si las cree, ellas cambiarán su vida y le darán un sentido. Por ellas usted tendrá la seguridad de que no está en la tierra por casualidad, sino que Dios decidió su existencia. Usted sabrá que su existencia no acaba con la muerte (el polvo), sino que su alma es eterna.
Ya no estará más solo en sus dificultades, sufrimientos y desconsuelo. Nunca más solo, pues al umbral de este nuevo año, el Señor nos promete: He aquí yo estoy con vosotros todos los días (Mateo 28:20 ). El Dios de la Biblia, el Dios de Abraham, de David, de los apóstoles y de tantos creyentes también será su Dios, un Dios que quiere obrar en su vida y transformarla.
En realidad este es un milagro y, por ende, la mayor prueba de la inspiración divina de este libro. En él usted descubrirá el verdadero rostro de Dios, un Dios con quien podrá tener una preciosa relación personal. La Biblia le enseñará a vivir plenamente.